Fuente vibratoria
El sonido se produce cuando un objeto (la fuente) vibra y origina un movimiento en el aire que lo rodea. Consideremos la esfera de la figura 1.1. Se trata de una esfera pulsante (parecida a una pelota de “squash”), que vibra de tal forma que su tamaño oscila y pasa de ser ligeramente más grande de lo normal a ligeramente más pequeño de lo normal. Con esta pulsación, en el aire que le rodea se originarán alternativamente compresiones y descompresiones, que irán alejándose de la esfera como si se tratara de una versión tridimensional de las ondulaciones que produce una piedra al caer sobre un estanque. Éstas se conocen como “ondas longitudinales”, puesto que las partículas del aire se mueve en la misma dimensión que la dirección en que viaja la onda. Como alternativa al movimiento longitudinal está el movimiento “transversal” de la onda (ver figura 1.2). Éste es el que tiene una cuerda que vibra cuando está sujeta por ambos extremos: el movimiento de la cuerda forma ángulos rectos con la dirección del movimiento aparente de la onda.
figura 1.1 (a) Podemos imaginar a una fuente sonora elemental como una esfera pulsante que raia ondas esféricas. (b) La onda longitudinal así creada es una sucesión de compresiones y descompresiones del aire.
Figura 1.2 El movimiento de cualquier punto sobre una onda transversal forma ángulos rectos con la dirección aparente del desplazamiento de la misma.
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