miércoles, 13 de diciembre de 2017

La tecnología que mueve el sonido en el audiovisual

Cuando hablamos de diseño de sonido, muchos piensan en el cine, pues de esto le estaré departiendo en este articulo. Para aquellos que nunca han tenido la oportunidad de ver como se edita una película o un audiovisual, le contare que en la industria cinematográfica de EEUU, se llama Sound Designer al responsable de la planificación y realización de ciertos sonidos específicos de una película.
Walter Murch, fue el primero en ser denominado con este título, por su trabajo en la película “Apocalypse Now” de Francis Ford Coppola, en 1979.  En este film fue el responsable del montaje y el trabajo meticuloso aplicado a la creación de las bandas de sonido, hizo que el director considerara que había aportado tanto al clima y la historia de la película, que no podía ser llamado solo "sonidista".
Pero en la actualidad han surgidos varias formas de que el sonido llegue al publico lo más real posible y se sienta parte de la película. Es por eso después de ver un video, donde explicaban cómo habían editado una película utilizando la tecnología de sonido Dolby Atmos, no sólo defendería la afirmación que el diseño sonoro es la acción de Programar, Proyectar, Coordinar, Concebir, Seleccionar y Organizar una serie de armados sonoros en función de comunicar una idea, hacer verosímil un espacio virtual y trasmitir determinadas sensaciones al espectador de un producto audiovisual, sino que también sumaría otra: la artesanía de sonido. Aunque haya que cumplir parámetros muy concretos y exigentes para operar en esa categoría de sonido, lo cierto es que no todo se puede medir ni cuantificar a la perfección cuando se trabaja con estos. 
Por un lado, está el factor humano: no todos sentimos igual lo que oímos y nuestro cerebro no siempre percibe todo igual. Además, está el factor profesional, por llamarlo de algún modo: editar y mezclar y diseñar el sonido es un proceso arduo y para obtener un resultado de calidad tiene que recurrir a un personal de mucha experiencia.
Lo fundamental para consigue este difícil equilibrio de elementos. Lo primero es tener los medios técnicos, como una sala de edición Digital que cuente con la certificación Atmos Premier de Dolby. Se trata de un pequeño cine en miniatura lleno de altavoces, con muros de hormigón que aislan del exterior a la perfección, que no tiene reverberación a penas y que se refrigera con agua para que no haya ruidos de ventilación. Todo esto con el objetivo de que el ruido de fondo sea nulo y no se cuele nada a la hora de editar.
El ambiente casi parece de santuario, con la diferencia de que no hay altar, sino una gigantesca mesa de mezclas con un ordenador en medio desde donde se opera. Es en este ordenador donde se lleva buen parte del ingenioso proceso de mezcla de sonido. La tecnología de Dolby Atmos es muy particular, en tanto que prescinde de los clásicos canales de sonido (5.1, 7.1 y así) para crear un sonido en tres ejes: altura, longitud y profundidad.
Y en esos ejes, el sonido se va colocando casi como si fuera un objeto en un espacio tridimensional. Si en la pantalla del cine se ve cómo Iron Man pasa volando de una esquina a la contraria, los efectos de sus propulsores y del viento e incluso de la música que Tony Stark lleve puesta dentro de la armadura se trasladarán dentro de los altavoces del cine, todo gracias a que alguien lo ha editado así en un ordenador.
Para esto no vale cualquier sala de cine, hace falta tener un número de altavoces concreto (64 sería lo idóneo), unas medidas muy concretas entre pantalla, el techo de la sala, los propios altavoces... Cuando se cumple con los requisitos, el resultado es muy sofisticado.

Dolby Atmos es una solución de extremo a extremo que tienen los diseñadores de sonido a la hora de editar un audiovisual, para introducir mejoras radicales en la experiencia de audio. La introducción de la plataforma Dolby Atmos en la industria ofrece una atractiva experiencia al público.

No hay comentarios:

Publicar un comentario