La masterización es un proceso que actualmente se encuentra al alcance de todos; al menos ciertos recursos técnicos y sobre todo en forma de plugins.
Sin embargo es una etapa crucial y muy delicada del proceso de producción que, si no se toman en cuenta muchas cuestiones, termina siendo una experiencia frustrante, con un resultado contraproducente al deseado.
Partiendo de esto, he detectado al menos cinco fallas o ideas equivocadas muy comunes sobre este asunto.
La lista siguiente busca orientarte en este tipo de errores con la finalidad de que puedas evitarlos o que partas de información objetiva para tomar la decisión correcta.
1. Normalizar no es masterizar
Más bien es una parte del proceso que busca optimizar los niveles por medio de un incremento parejo de todo el documento de audio.¿Cómo funciona esto?
El programa detecta el “pico de señal” más alto y lo coloca en el cero o máximo de nivel. En algunos casos ese máximo puedes establecerlo tú mismo.
La masterización trabaja, en lo que respecta a la dinámica del sonido, con varios objetivos buscando una optimización de esta pero no sólo en base a esos “picos de señal“.
Además, la decisiones sobre la optimización de la dinámica son afectadas por muchos factores, entre ellas el género o tipo de producción.
2. Masterizar un tema con ajustes equivocados de resolución en bits y frecuencia de sampleo
Los parámetros más adecuados son:Resolución en bits: 24
Frecuencia de sampleo: 44.1 ó 48 KHz.
Trabajar con un “bit rate” menor a través de varios procesos lo único que logrará será degradar la calidad final. Si 16 bits ya es cuestionable, menos de eso sería un error claro.
Tampoco se necesita trabajar con archivos a 32 bits o a frecuencias de sampleo de 96 ó 192 KHz.
Lo único que se logra con eso es hacer trabajar al procesador excesivamente para algo que al final, tratándose de un CD, quedará en 16 bits y a 44.1 KHz.
Además, y hasta donde se ha visto, es muy difícil distinguir la diferencia de calidad cuando se trabaja con resoluciones tan altas.
3. Hacer ajustes con un criterio equivocado
La falta de experiencia, que incluye no haber educado los oídos, hace que muchas personas masterizen esperando que el resultado final suene, en sus monitores de estudio, similar a cómo suena algo en el coche, en vivo o en una disco o antro.El objetivo principal es la precisión, y eso se obtiene con el equipo más sensible que se puede tener y bien calibrado.
Las bocinas de la computadora, los audífonos o el equipo Hi-Fi de la casa no son recursos confiables para un trabajo tan delicado.
Idealmente hay que utilizar monitores de estudio y de rango amplio para contar con una buena referencia.
4. Remasterizar lo masterizado
Si algo no quedó bien, regresa al archivo original y no corrijas sobre el master.Parece obvio lo que estoy diciendo pero es una práctica más común de lo que se cree.
5. Insistir en hacerlo tú en vez de contratar manos expertas y con equipo adecuado
Aquí quiero hacer el hincapié no sólo en contar con recursos en hardware y software adecuados al trabajo.El elemento decisivo siempre es el factor humano: la experiencia, un oído entrenado, conocimientos técnicos que dan objetividad y claridad a lo que se hace.
Obviamente no digo que no lo intentes, sobre todo si se trata de subir algún “demo” a tu sitio o cuenta en alguna red social, pero si lo que quieres es lograr algo que explote al máximo los resultados obtenidos en las etapas de grabación y mezcla, sería aconsejable que inviertas en algo que te de mayores satisfacciones y beneficios.
Cinco puntos sencillos a tomar en cuenta pero que te ahorrarán muchas horas de frustración.
Analízalos y toma la decisión más acertada.
http://artesonoro.com.mx/1856/los-5-errores-mas-comunes-al-masterizar-%C2%BFcual-cometes/
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