Un ecualizador es un procesador capaz de funcionar como un filtro, aumentando o disminuyendo la ganancia de cada frecuencia disponible. Con la EQ podemos dar más carácter a un instrumento o restarle protagonismo sin necesidad de recurrir al volumen, también podremos mejorar el sonido dándole más brillo y restándole en frecuencias para asentar el instrumento en la mezcla. En general, el proceso debe aplicarse de un modo discreto. Salvo que uses la EQ de un modo creativo, debes ecualizar de forma que "no se note que lo has hecho".
Cuando estés mezclando, si no estás seguro del rango de frecuencias en el que se mueve un instrumento en particular; sube todas las ganancias de una en una hasta la mitad y barre todo el espectro de frecuencias. El instrumento sonará más fuerte cuando pases justo por la zona de frecuencias en la que se mueve.
En la EQ, podemos encontrar la siguiente terminología:
ROLL-OFF. Se refiere al método por el que se eliminan todas las frecuencias que hay por debajo o por encima de cierto punto, e implica de forma habitual la utilización de filtros paso-bajo o paso-alto.
SHELF. Se presenta en dos formas: "HIGH-SHELF" y "LOW-SHELF", y simplemente extiende la atenuación de la frecuencia seleccionada a la frecuencia más alta o más baja que hay disponible en el rango del audio.
HI-PASS. Filtro paso-alto. Pasan todas las frecuencias desde un punto marcado hacia la derecha. Básicamente, suelen pasar las frecuencias más agudas.
LO-PASS. Filtro paso-bajo. Pasan todas las frecuencias desde un punto marcado hacia la izquierda. Sirve para cortar las frecuencias agudas.
BAND-PASS. Filtro paso banda. Sólo permanece la frecuencia seleccionada. El resto se eliminan.
BANDA ELIMINADA. En este caso se corta la frecuencia seleccionada.
BANDA. Se refiere al número de áreas o gamas en que está dividido un ecualizador.
PARAMÉTRICO. Un EQ con controles de frecuencia, ganancia y Q para todas las bandas.
PARAGRÁFICO. Es un EQ paramétrico en el que puedes dibujar la curva de respuesta sobre una gráfica de la respuesta en frecuencia.
¿Te sucede que cada vez que estás frente a tu mezcladora, ya sea analógica o de software, donde tienes un verdadero arsenal de recursos para moldear tu sonido, te pierdes con tantos parámetros, te la pasas muévele y muévele a las perillas y al final sientes que sonaba mejor antes de que le hubieras hecho algo?
Bueno, pues puede que estos simples consejos te ayuden a lograr algo más interesante con menos ajustes.
En este artículo hablaré de tres procedimientos comunes que ayudan a definir un sonido y verás que, a pesar de que no tengas muchos conocimientos técnicos sobre la producción y la ingeniería te servirán para ir más a la segura.
Toma en cuenta que producir un buen sonido no es cosa fácil, pero justamente mi interés con este blog es participarte los conocimientos que te permitan ir en una dirección correcta. No con la finalidad de que repitas “recetas”, sino que desarrolles un criterio propio de producción que logre reflejar lo más fielmente tus ideas.
Aspectos preliminares
Si eres músico intérprete, comienza por definir correctamente el sonido de tu instrumento antes de llegar a tu programa de grabación o tu “mixer”.
Por ejemplo:
-Si tocas guitarra acústica cuida que tus cuerdas estén en buen estado. que tu interpretación suene bien. Si es el caso de una guitarra eléctrica buscar que el sonido no tenga ruidos de todo tipo, falsos contactos, etc.
-Si es una bateria, cuida que todos los parches tengan un sonido claro y con buenos armónicos. Checa que los “herrajes” no generen ruidos indeseados.
-Si es el caso de un instrumento de aliento todo aquello que evite problemas.
(a lo mejor todo esto te está sonando medio bobo pero hazme caso y adelante te explico
porqué)
Antes de que comiences a poner las manos en el ecualizador, si estás microfoneando el instrumento, busca una posición adecuada para que el micro capte algún sonido interesante. No partas solamente de lo que has visto se hace en “vivo”. Por razones que en este momento no tiene caso comentar, el microfoneo en vivo tiene menos opciones que lo que puedes hacer en tu “home studio” o estudio casero, así que experimenta con posiciones en diferentes áreas del instrumento, por ejemplo.
No te fíes totalmente de lo que estás escuchando desde tu posición. Mejor graba una pequeña parte y escúchala directamente en tus monitores. No es exactamente igual lo que captan tus oídos que lo que capta el micro.
-Haz los ajustes pertinentes y de preferencia anota lo que haces, de modo que si encuentras algo que te gusta podrás remitirte a la anotación en cualquier otro momento. Lo ideal es que siempre lleves una bitácora de tu trabajo en estudio.
-En el caso de la guitarra eléctrica, si estás tocando por “linea” haz una correcta selección de las pastillas de modo que obtengas un sonido propio pero con un buen balance de todas las frecuencias.
Hasta aquí todavía no debe haber entrado el ecualizador en acción.
Todos estos ajustes preliminares son para limpiar nuestro sonido y tener un material que permita al ecualizador darle aquello que de manera natural no tiene.
Tips para ecualización
No ecualizes sólo por ecualizar. Si tienes un buen sonido no le agregues nada. A la hora de la mezcla es altamente probable que necesites ecualizar de nuevo para definir cada instrumento con respecto a los demás. En esta etapa es común que mucha gente sobreecualiza la señal y después resulta imposible revertir el proceso. Haz ajustes conservadores y efectivos.
Acostúmbrate no sólo a ecualizar en más sino también en menos. ¿Que quiere decir esto? Uno de los errores más comunes es comenzar a incrementar las frecuencias que sentimos que nos faltan, pero si se exagera entonces comienzan a faltarnos de otras que también incrementamos y después otras y otras y otras….hasta que al final ya no sabemos qué estábamos haciendo. Mejor combina ambos movimientos. Piensa que a lo mejor no es que algo falte sino que algo está sobrando.
Aprovecha el filtro pasa alta que tienen la mayoría de los ecualizadores de plugin. Ajústalo de modo que atenúe aquellas frecuencias que están por debajo del sonido natural del instrumento. Eso permitirá despejar tu sonido y te ayudará a definir mejor éste a la hora de mezclar.
Recuerde que cada oído tiene características propias y escucha de manera diferente. Lo que para uno suena agudo, para otra estará sonando muy grave. A más de lo subjetivo, tengamos en cuenta que cada voz es diferente a las demás. Es difícil llegar a un estándar para la ecualización y, básicamente, nos tendremos que fiar del buen oído del técnico o la operadora.
viernes, 11 de noviembre de 2011
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