lunes, 4 de febrero de 2013
TABLA DE ECUALIZACIÓN EN EL PROCESO DE MEZCLA
Redacción de SYA (J.J.G.Roy) tuvo la gentileza de sacar la tabla de ecualización en el proceso de mezcla con los siguientes ajustes que facilita el reconocimiento de las frecuencias asociadas a los instrumentos y los problemas que añaden éstos por aportar una ecualización deficiente a la mezcla. Sabemos que en la ecualización de una mezcla es imprescindible trabajar de manera global, es decir, ajustando las bandas sin olvidar que corresponden a un sonido indivisible, que es afectado por todos y cada uno de los valores modificados, por lo que no se puede dejar ninguna banda ajustada según los datos teóricos. Por otro lado, tampoco es necesario trabajar sobre todas las bandas, y si nuestra mezcla suena realmente bien, tal vez sólo sea aconsejable modificar ligeramente algún margen esporádico para enfatizar la claridad. Sobre todo, cuidado con las frecuencias comprendidas entre 300 Hz y 10 kHz; en el mayor número de casos, estas bandas deben atenuarse más que aumentarse.
En esta tabla, dividiremos el espectro de la forma más habitual, o sea, en tres secciones virtuales: Graves, medios y agudos. Podría aumentarse esa subdivisión, pero la manera más clara que tenemos de identificar cada rango de frecuencias (al menos la mayoría de nosotros) es esta.
GRAVES
20-50 Hz
Esta banda llega hasta el propio umbral de audición del oído humano. Las frecuencias que la componen se sienten más que se escuchan. Corresponden a esa sensación que nos produce tener cerca de casa una edificación en su fase de maquinaria pesada: el sonido no es muy perceptible pero pueden moverse hasta los muebles.
Es una banda que añade un matiz bastante orgánico a la mezcla, pero hay que tratarla con precaución porque si la amplificamos demasiado, nos encontraremos con una importante reducción del margen dinámico y, por tanto, una disminución del volumen final de la mezcla y, sobre todo menor definición de la misma.
63-80 Hz
Si el bajo y el bombo han quedado algo apagados, esta es la banda que hay que modificar para conseguir esa pegada que andamos buscando. También añade calidez a la mezcla sin reducir la definición de las voces, guitarras o metales solistas.
Un incremento desmesurado disminuirá de nuevo la inteligibilidad de la mezcla y el margen dinámico, llegando incluso a saturar algunos altavoces.
Es importante recordar que ese cuerpo que se añade a la mezcla suele estar referido a un trabajo con instrumentos acústicos porque, si trabajamos con programas sintetizados, el problema de la ecualización suele estar parcialmente solucionado desde la propia muestra (incluso es necesario, en ocasiones, reducir esta banda).
100-160 Hz
Si empleamos percusiones de mano (congas, instrumentos étnicos, etc), cuyo sonido tiene un fuerte componente resonante, el cual puede llegar a saturar la mezcla de bajos, esta es la frecuencia apropiada para recortar.
Esta banda es la que proporciona una buena calidad de graves en una zona destinada a ser reproducida en altavoces domésticos. Hay que tener cuidado con ella por los mismos motivos citados anteriormente, a los que hay que sumar la ecualización de las demás bandas de bajos.
200-250 Hz
Estas frecuencias suelen ser las culpables de un sonido demasiado cargado de graves en las guitarras acústicas. Un poco de ganancia en esta región puede añadir cuerpo a una mezcla demasiado fina, pero también se puede hacer que el bajo suene poco claro.
Para definir el bajo es más interesante recortar esta banda que aumentar los medios o agudos. La mezcla será más clara y cálida que si optamos por aumentar los agudos.
MEDIOS
315-400 Hz
Si la mezcla global parece velada y sin detalles, ésta es la banda que debe ser recortada; tanto con las pistas individuales como las vocales. Para mejorar la inteligibilidad de la mezcla, manteniendo la calidez, empezaremos a trabajar en esta banda, antes que aumentar los medios o agudos.
500-800 Hz
Un volumen demasiado alto de esta banda conferirá al sonido un aspecto duro o rígido; esto es, si el mazo del bombo parece estar golpeando una caja de cartón, o parece que la reverberación está demasiado realimentada. Esta banda suele disminuirse razonablemente para que la mezcla no pierda cuerpo pero sin que resulte desagradable. Suele ser el punto más bajo de las ecualizaciones en forma de uve.
1-2 kHz
Para mejorar la inteligibilidad sin añadir sibilancia se suele aumentar la ganancia de esta banda, porque suele devolver la claridad y frecuencia fundamental de las guitarras con demasiada distorsión.
Por otro lado, un aumento exagerado de esta banda puede hacer que el sonido de la mezcla se parezca más a un atasco de tráfico con todos los automóviles abusando del claxon.
AGUDOS
2,5 - 4 kHz
Esta es la zona en la que el oído humano es más sensible. Esto supone que, cualquier pista que necesite ser destacada de las demás, se beneficiará de un aumento de estas frecuencias, pero un aumento exagerado provocará una importante fatiga acústica. Si la mezcla suena demasiado agresiva o dura, tal vez esta banda esté demasiado alimentada en varias pistas.
Un error cometido frecuentemente sucede cuando de aumentan los agudos de la mezcla para compensar la propia fatiga acústica durante el trabajo. De este modo, cuando los oídos han descansado, pongamos pasadas unas horas, en la siguiente sesión de mezcla, ésta suena demasiado brillante y agresiva.
Normalmente se suele recortar esta banda y trabajar sobre otras.
5 - 10 kHz
En esta banda reside la mayor parte de la sibilancia vocal, aunque la de una voz femenina puede llegar hasta los 11 o 12 kHz. Pero, aunque rebajar la ganancia en estas bandas mejora los problemas de siseo, también reduce la articulación, expresividad, y respiración de la voz. Es por esto que, para evitar que el remedio sea peor que la enfermedad, se utilicen aparatos llamados de-esser.
Un aumento en la zona superior de esta banda supone destacar la vibración de la caja de la batería, el golpe de la baqueta sobre los aros y el chasquido de la maza en el bombo. Lógicamente, una ganancia exagerada provocará un exceso de siseo y agresividad.
12,5 - 20 kHz
En esta banda reside el ruido de la cinta analógica y del preamplificador. Un filtro pasa bajos es una opción para eliminar esos ruidos en pistas individuales, siempre que no sean pistas de percusión o contengan muchos agudos (como la guitarra eléctrica o el bajo de seis cuerdas).
Un poco de ganancia puede hacer resaltar los platos o añadir un maravilloso aire de transparencia. A diferencia de las bandas agudas ya citadas, esta octava superior puede amplificarse sin tener tanta precaución.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)